Como me hubiera gustado estar ahí

22.8.09

Allá por agosto de 1969, unas 400.000 personas (algunos dicen que incluso llegaron a ser medio millón) se reunieron en el poblado de Bethel, Nueva York para ser parte del mayor festival de música y arte de la historia.
Ayer, 40 años después, el programa de televisión Portaestudio, revivió este momento de la historia del rock en una noche con música en vivo, proyecciones y la participación del periodista especializado Alfredo Rosso. “Como no pudimos estar ahí, intentamos revivir la esencia de un festival que nos hubiera gustado filmar”.
“Nosotros no teníamos nada”, empieza Rosso haciendo referencia a la inexistencia de medios tecnológicos como Internet, la televisión con alcance internacional y los dvds. Por eso también el festival resulto tener tanta repercusión gracias a la película/documental que se hizo de esos tres días y que fue proyectada durante meses en los cines argentinos.
El Festival congregó grandes artistas de la época y confirmó a algunos desconocidos que en poco tiempo se convirtieron en verdaderas estrellas como es el caso de Joe Cocker y Santana. Los grandes conciertos del festival estuvieron protagonizados por The Who, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Bob Dylan y Blood, entre otros.
Para hacer más cercana la experiencia de Woodstock, dos músicos rosarinos, Juani y El Berna arrancaron tocando Freedom de Richie Heavens. Los siguieron con un cover de Canned Heat, Popono y los Vándalos; Leo Garcia y un loquito de pelos parados que no se sabia la letra de With a little help from my friends (igual hicieron una version “interesante”), los Broken Toys tocando la sarcástica “canción de Vietnam” de Country Joe & the Fish y last but not least Coki Debernardi (Coki seguí así! No cantes más tus temas!!! Dedícate a los covers que por lo menos así afinas un poco) con My Generation by The Who.
La despedida fue dejada en manos del talentoso Sr. Jimi Hendrix con un show dramático, que alcanzó su pico cuando hizo su versión del himno de los Estados Unidos imitando con su guitarra el sonido de las bombas cayendo sobre Vietnam.
Con excelente música, una charla en manos de un evidente conocedor y una conducción, que aunque tal vez mediocre, logro mantener el hilo, el evento logro su cometido exceptuando tal vez una pequeña contradicción a los ideales del festival (correcta en mi opinión de todas maneras) cuando se obligo a retirarse a uno de los asistentes por expresar su opinión (totalmente disparatada y fuera de lugar, en un tono poco apropiado) acerca del peinado de algunos de los músicos. Pero la sensación final fue otra, y es que el legado de Woodstock (más allá de Vietnam, los pelos largos y el acido) sigue presente, por lo menos entre los que estuvimos ahí.


De yapa: les dejo un videito a tono de Claudio Kleiman, redactor de la revista Rolling Stone Argentina.


3 Complicidades Verborrágicas:

RTHB dijo...

Bueno, si hubiésemos estado ahí, ahora seriamos ya unos viejecitos. Eso si, con unos recuerdos espectaculares.

Un saludo, Flor.

Patricio dijo...

uff. hace mucho q no pasaba por acá..
gracias por visitarme señorita.. y por las felicitaciones..
nunca tuve alma hippy, pero como acontecimiento histórico.. hubiera estado bueno estar ahi.
Saludiños.
Voces

ce dijo...

este lugar me gusta mucho.. me lo guardé