3.8.08
El sábado a la noche estuvimos con unas amigas en lo que bien podría ser la versión rosarina del clásico de Capusotto “Acá si que no se coge” y mientras esperábamos en la cola del baño no pude evitar notar que mientras en los tres baños de mujeres existentes había una cantidad considerable de señoritas, los caballeros a pesar de tener uno solo entraban y salían al instante (¿será por eso que siempre tienen la puerta abierta?).
Para todos aquellos que no lo entiendan todavía les voy a pasar a explicar la serie de maniobras que realizamos las chicas cuando la naturaleza llama. Porque desde chiquitas cuando nuestras madres nos tenían que acompañaban siempre recordaban: “Nunca, nunca te sientes en un baño público” al tiempo que nos enseñaban “la posición” o sea balancearse por encima del inodoro como si nos fuéramos a sentar pero sin hacer contacto.
Pero los años pasan y lamentablemente no tenemos la flexibilidad de antes y cuesta, sobretodo cuando tu vejiga esta a punto de explotar después de esperar 15 minutos para poder entrar. Minutos eternos en los que nos ponemos a hablar de cualquier cosa. En nuestro caso, chicas de arquitectura, es normal analizar la forma en que se construyo el recinto, la mala distribución de los espacios (porque la cola al baño coincide con una de las circulaciones principales) o temas comodín como sacarle mano a la que entro porque tarda mucho (a sabiendas que de nosotras vamos a tardar lo mismo o más).
Al fin te toca y ahí se pueden presentar otros problemas: que el pasador de la puerta no funcione, que no haya ganchito para colgar la cartera, que en el rollo de papel solo quede un minúsculo pedacito que no le alcanza ni a una hormiga para limpiarse. No importa, sosteniendo la puerta con una mano, mientras con la otra te apoyas en la pared para no perder equilibrio, la cartera colgada al cuello, y el paquete de pañuelitos de papel en la boca haces “la posición”. Aguantaste tanto que no sale de una y ahí te empieza a sonar el celular… Para rematarla te empiezan a golpear la puerta y con uno de esos golpes de kick boxing la puerta se abre unos centímetros y chau equilibrio. Caes con todo tu peso sobre el inodoro. Te levantas rápido pero too late… ya entraste en contacto con todos los gérmenes imaginables que se albergan ahí.
El daño ya esta hecho pero no podes dejar de imaginarte las enfermedades que podes contraer y de escuchar la voz de tu mama recordándote: “Nunca te sientes en un baño publico!”. El paquete de pañuelitos tenía solamente uno, por lo cual no sirve para secarte el pantalón que también se te mojo un poquito durante la caída. Te lavas las manos con el hilo de agua que sale de esa pileta roñosa para después acordarte que no había papel! Te acomodas un poco la maraña de pelo y salís así, con las manos mojadas, el pantalón también húmedo, sintiéndote contaminada con lo que no podes hacer nada más que mirar con lastima a la próxima victima que espera con las piernas cruzadas y cara de sufrimiento.
En el mismo tiempo, tu novio/marido/amigo entro, uso y salio del baño de hombres y pudo leer Rayuela (las dos partes) mientras te esperaba. No se como harán tan rápido pero tengo una teoría: lo de ir al baño es solamente una excusa para descansar sus oídos de nuestra dulce voz aunque sea unos segundos.
Para todos aquellos que no lo entiendan todavía les voy a pasar a explicar la serie de maniobras que realizamos las chicas cuando la naturaleza llama. Porque desde chiquitas cuando nuestras madres nos tenían que acompañaban siempre recordaban: “Nunca, nunca te sientes en un baño público” al tiempo que nos enseñaban “la posición” o sea balancearse por encima del inodoro como si nos fuéramos a sentar pero sin hacer contacto.
Pero los años pasan y lamentablemente no tenemos la flexibilidad de antes y cuesta, sobretodo cuando tu vejiga esta a punto de explotar después de esperar 15 minutos para poder entrar. Minutos eternos en los que nos ponemos a hablar de cualquier cosa. En nuestro caso, chicas de arquitectura, es normal analizar la forma en que se construyo el recinto, la mala distribución de los espacios (porque la cola al baño coincide con una de las circulaciones principales) o temas comodín como sacarle mano a la que entro porque tarda mucho (a sabiendas que de nosotras vamos a tardar lo mismo o más).
Al fin te toca y ahí se pueden presentar otros problemas: que el pasador de la puerta no funcione, que no haya ganchito para colgar la cartera, que en el rollo de papel solo quede un minúsculo pedacito que no le alcanza ni a una hormiga para limpiarse. No importa, sosteniendo la puerta con una mano, mientras con la otra te apoyas en la pared para no perder equilibrio, la cartera colgada al cuello, y el paquete de pañuelitos de papel en la boca haces “la posición”. Aguantaste tanto que no sale de una y ahí te empieza a sonar el celular… Para rematarla te empiezan a golpear la puerta y con uno de esos golpes de kick boxing la puerta se abre unos centímetros y chau equilibrio. Caes con todo tu peso sobre el inodoro. Te levantas rápido pero too late… ya entraste en contacto con todos los gérmenes imaginables que se albergan ahí.
El daño ya esta hecho pero no podes dejar de imaginarte las enfermedades que podes contraer y de escuchar la voz de tu mama recordándote: “Nunca te sientes en un baño publico!”. El paquete de pañuelitos tenía solamente uno, por lo cual no sirve para secarte el pantalón que también se te mojo un poquito durante la caída. Te lavas las manos con el hilo de agua que sale de esa pileta roñosa para después acordarte que no había papel! Te acomodas un poco la maraña de pelo y salís así, con las manos mojadas, el pantalón también húmedo, sintiéndote contaminada con lo que no podes hacer nada más que mirar con lastima a la próxima victima que espera con las piernas cruzadas y cara de sufrimiento.
En el mismo tiempo, tu novio/marido/amigo entro, uso y salio del baño de hombres y pudo leer Rayuela (las dos partes) mientras te esperaba. No se como harán tan rápido pero tengo una teoría: lo de ir al baño es solamente una excusa para descansar sus oídos de nuestra dulce voz aunque sea unos segundos.
6 Complicidades Verborrágicas:
Flor, impresionante la aventura que cuentas. He acabado de leerlo y una pequeña sonrisa se ha dibujado en mi cara al imaginar la escena. La próxima vez que vaya a un local publico y este acompañado de alguien de sexo femenino y se le ocurre decir que va al baño.... durante todo el rato estaré imaginando una escena como la que cuentas, lo difícil sera guardar la compostura cuando vuelva y pregunte el motivo de mi sonrisa.
Un saludo.
Si, sabelo. Cuando no sabemos que decir, o estamos medios hartos, esbozamos el viejo y querido "ya vuelvo, voy al baño". Y ya en el baño siempre encontramos algú colega con quien cruzar algunas palabras.
Muy buen post. Me gusta ese estilo.
saludos
jajaa las cosas que pasan en el baño!!!
mira un post que subimos ayer
Jajaja, por momentos me dio un poco de asquito, las descripciones fueron muy reales.
Igual no hay chance de que uds. tarden tanto! Adhiero a las sabias palabras de tu madre cuando dice que no se sienten, pero tampoco es para tardar 15 minutos.
Con respecto a tu teoría yo la haría extensiva a: cualquier situación de la cual queremos descansar un rato. Mucho laburo? ya fue, me doy una vuelta por el baño.
Y si, si uds. no paran de hablar a veces es necesario un descanso también.
sí, muy cierto todo. Te acordás cuando fuimos a verlo a Robbie Williams?? te acordás lo que era eso? la cola que había en ese baño de mujeres y lo desertico que se veía el de hombres??
Acá hay un claro ejemplo de mala distribución dela riqueza, las mujeres necesitamos más baños per capita!!!!
jajaja.. demasiada información para mi gusto.. pero igual me reí bastante. Los hombres salimos rápido porque obviamente el procedimiento es mucho más sencillo, como te imaginarás, salvo que no sea la cerveza la que tiene que fluir sino la comida de la cena. Ahi se complica un poco mas, pero igual seguimos siendo más rápidos que ustedes. No hace falta ir a un baño público de un boliche/bar para darse cuenta. En la propia casa pasa lo mismo.
Y sobre mis palabras, son representativas para mucha gente, porque todos somos muy parecidos y vivimos situaciones similares. En este caso, hubo coincidencia entre nosotros, probablemente en otro momento no pase lo mismo. Te mando un beso, que estes bien.
Pato
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