Mistery Train

19.2.08


Me encontré por esas casualidades que se suceden en Internet, con una encuesta: “¿Qué harías si supieras que vas a morir en un mes?”. Mas allá de solo consistía en un montón de preguntas sumamente relativas, muy difíciles de responder con un Sí o un No, rescato el hecho de que me hizo pensar en si en el supuesto caso de que mañana se apareciese una persona en mi puerta ofreciéndome la posibilidad de saber cuando me “toca”, aceptaría o le cerraría la puerta en la cara.

Estoy segura que alguna vez te lo preguntaron, es típico tema pelotudo que surge en esas charlas que no tienen hilo con amigos. Igual de común es la respuesta negativa que se le da. ¿Pero si lo pensamos dos veces? Soy sincera cuando digo que empiezo a dudar.

Cuantas veces dejamos de hacer algo, nos guardamos palabras, dejamos pasar oportunidades confiando en que la vida nos va a dar otra chance. ¿Que tal si no? La vida es algo tan efímero. No creo en planes divinos, el destino es simplemente algo que se forja día a día con acciones humanas, de nada sirve sentarse en casa a esperar. Entonces, si me dieran un plazo, supongamos tres meses, que mejor oportunidad para sacar provecho de cada minuto que respiro.

No me refiero con eso a cosas tales como: mataría a mi vecino y tiraria su equipo de musica por el balcon en venganza por años sin dormir; hacer un trío o tirarme de un paracaídas. Pensaba mejor en cosas mas simples aunque suene re trillado: demostrar cuanto quiero a mis amigos y familiares (cosa que no soy muy buena haciendo); usar esa pollera verde loro que no me animo a usar en publico pero que adoro, solo para darme el gusto; ir a un karaoke y lastimar los tímpanos de medio publico con mi súper falsete repasando “Grandes Éxitos de los Bee Gees”.

No se, esas son algunas cosas que se me ocurren ahora pero en el momento seguramente me agarraría un ataque de locura maquinando como mierda hacer tantas cosas en tan poco tiempo. Me retracto, mejor elijo no saber, algún día me voy a morir no hay duda de eso, a menos que la ciencia logre un elixir mágico o me haga congelar como Disney. Ninguna de las dos opciones me tienta por el momento, prefiero intentar algo más natural y dejar las cosas en manos de la sabia madre. Por eso PROPONGO (con mayúscula, me encanta dejar moraleja…) hagamos un esfuercito por crecer cada día, no nos guardemos las cosas (algunas sí, por solidaridad con el resto) y arriesguémonos un poco total al fin y al cabo todos tenemos el mismo ticket sin regreso.

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