13.2.08
Digamos que no nos salio del todo bien, por aunque ahora tenemos mas derechos las obligaciones siguen siendo las de siempre o incluso mas. Sino díganme, en la mayoría de las casas argentinas(por lo menos en la mía es así) la que dirige comidas, limpieza y cuidado de los chicos sigue siendo ni mas ni menos que la mujer, con alguna que otra intervención muy casual del hombre. Para colmo, nunca faltan las quejas por parte de ellos, tales como: “¿Cuándo venis? Mira que tenemos hambre…” Señores míos, existe algo llamado cocina que requiere mínimos conocimientos para su utilización, basta con tomar un paquete de tallarines de la alacena y una latita de esas de etiqueta roja con los tomatitos (alabadas las conservas) para tener en menos de 15 minutos un plato mas que decente en la mesa. Sino se atreven a tanto, también esta la opción de abrir el freezer, de seguro allí encontraran varias opciones aptas para el consumo humano. Grave error aunque común: festejarles cuando hacen una centésima parte de la rutina femenina. Como si a nosotras nos aplaudieran cada vez que lavamos los platos…
Lo que si merece merito es el hecho de que afortunadamente hemos dejado de lado casi completamente concepto de mujer-objeto. Si tomamos por ejemplo uno de los 10 Mandamientos, “No desearas a la mujer de tu prójimo” podemos ver el lugar que ocupaba el sexo femenino en tiempos de Moisés, era equivalente a un esclavo más, al burro o la casa, una propiedad cuya función era asegurar la perpetuación del apellido. Suena anticuado pero así y todo, todavía existen “machos” que catalogan a la mujer entre sus activos y que llegan a usar la violencia para su sometimiento.
Esos son algunos casos, tampoco vamos a generalizar, lo que si se ve seguido es a algún que otro Adán quejándose a los cuatro vientos proclamando que la liberación femenina lo único que hizo fue hacer que las mujeres compitan con el otro genero, que arruinaron a la institución del matrimonio, que queriendo cambiar ha perdido sus virtudes… Muchachos, los únicos que perdieron algo acá fueron ustedes, porque ya no tienen a la esclava que esta todo el día en casa esperando su llegada.
Con esto no quiero dar a entender que estamos negando el lugar de madre y compañera que se nos ha dado en la sociedad desde sus comienzos, evidentemente hay ciertas actividades para las cuales somos mas aptas tanto física como psíquicamente, al igual que para ellos también las hay, el trato sería encontrar un punto de equilibro. Yo cedo un poco, vos cedes otro poco y felices para siempre (o no…).
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